viernes, 9 de mayo de 2014

El ángel caído



Esta tarde de regreso a casa me encontré con un chico-ángel. Era delgado como un fideo, tenía el pelo largo y lacio como un domingo sin sol. Caminaba distraído y tenía el semblante triste. Vestía unas ropas oscuras que pasaban del gris rata al negro, negrísimo, de unas alas enormes que sobresalían de sus zapatillas deportivas. Se ve que no le funcionaban porque en vez de volar viajaba en metro como cualquier mortal.